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Melbourne o la suerte de la fea

Cuando se planteó la posibilidad de venirme a Australia, no quería venir a Melbourne. Quería ir a Sydney.

Melbourne tiene millones de habitantes. Todos los que he conocido me hablan mal de Sydney. Y muchos de ellos han usado la metáfora de las hermanas o hermanos feas/os, según el sexo del que lo cuente. Uso lo de las hermanas: Resulta que Sydney y Melbourne son como dos hermanas. Sydney es a la que sus genes se lo pusieron más fácil para gustar a primera vista. Guapa y atractiva. Melbourne, pues ya se sabe, lo contrario. Así pues, la fea Melbourne se lo curra a lo largo de su vida y se convierte en una chica con buen transporte público, bonitos prados en los que en vez de pastar las vacas se juega al criquet y demás bifurcaciones de lo que uno consideraría una ciudad más atractiva que bella y con la que/en la que uno alquilaría una casa. Mientras que Sydney, pues se dedicó a tomar el sol mientras leía revistas frívolas, espantaba a turistas que se la querían ligar y organizaba olimpiadas (tras lo cual, todos me dicen, Sydney no ha vuelto a mover un dedo).


Y la historia, indefectiblemente termina en un: Con Melbourne te casarías, con Sydney no (bueno, la parte de Sydney a veces es más soez)

¿No resulta encantador que seamos así de catetos con el "vecino" en todas las esquinas del mundo? He oído esta misma historia en mil pueblos, ciudades y pueblos que se creen ciudades de España.


Antes de ir a Sydney, diré que Melbourne no es una hermana fea. Acaso es poco fotogénica. Tiene un perfil bueno, su río; una peca que hace gracia (una estación de tren color pastel, segunda foto) y buena pinta por las noches, pero no acaba de salir guapa en las demás fotos (de ahí que no las ponga). Pero luego tiene mil cosillas para ir descubriendo poco a poco. Mil pintadas muy chulas (que en las guías turísticas llaman "arte urbano" y que dejo para otro día), parques brutales, cientos de kilómetros de carril bici, centros culturales fantásticos, un par de playas urbanas bastante más que dignas y miles de sitios en los que se está calentito tomandose una copa. Te pasas el día con la palabra "agradable" en la boca. Eso sí, es cara y le faltan sitios para una simple caña (de la tapa ni hablamos).


A ver qué pasa con Sydney. Si tras verla estoy de acuerdo con lo que de ella dicen los de Melbourne. (O sea, lo que la hermana que se ve fea pero lista dice de la, según ellos, guapa pero tonta). Quizá así comprenda el refrán del que saco el título de esta entrada. Nunca he sabido si era una manera de decir que se envidia lo que no se tiene o una forma de consolar a los feos con que al menos son envidiados.

7 comentarios:

  1. ¿Todo esto para darnos envidia diciéndonos que te vas a Sidney? Enjoy. ¡Quiero un post de rugby!
    Abrazo. (Que con esto del blog no me da para darte emociones)

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  2. ¿Eres tú el fotógrafo? ¡Guau! sí que le estás sacando partido a la cámara, sea o no Melbourne la hermana fea, en estas fotos sale estupenda.
    Besicos.

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  3. Pues si estás en una ciudad con millones de habitantes y encima son confiados solo puedes pedir que se lo curren para que tu estancia sea comoda. ¿Como? ¿Que no se lo tienes que pedir? Habrase visto!! Habrase Pisto!!?

    Todo lo feo tiene algo que hace que lo mires con más interes que a eso que sabes que ya es guapo. Eso tambien ayuda a encontrarlo más atractivo. Pero, ¿quien soy yo para discutirlo?

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  4. Como resumen del post, la pregunta sobre Sydney me gusta. Es como aquella cosa antológica que nos dijeron de: "A mí, la películas que me gustan son las de chica conoce chico, se gustan, se enfadan, se reconcilian y se casan. Y en medio, muchos vestidos bonitos". Pero bueno, aun no me voy para allá.

    Ainara, gracias. Salvo en las que es evidente que no (conejos de hace lustros, pelis y carteles), todas las que estoy colgando son mías. Pero ya te digo que muestro las bonitas. No se me olvida lo del grifo, el problema es que no puedo hacer vídeos. Y todos sueltan agua al centro, con lo que ver su dirección no es fácil. Veré, veré.

    Son millones (3), pero están tan organizados que cualquiera lo diría. Lo feo, como nadie lo visita, se queda con la parte de verdad. Pero sigue siendo feo.

    Y eres-quien-para-discutirlo.

    Abrazos y besos, según prefiráis.

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  5. tio, lo del grifo,que me tiene loca, pon el tapón

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  6. ¿No lo miraste en Argentina?

    Intentaré verlo antes de irme. Y tú ya me estás contando si has vuelto al hogar de las hormigas al atardecer o tienes tu propio chill out laboral (qué expresión más repulsiva, así, de repente)

    Besos (Uno es para Kriskros)

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