Powered By Blogger

El otro lado del espejo de lo informal

Cambiemos a algo más ligero, que ya mismo acabo. Una de las primeras cosas que me llamaron la atención de Australia fue la ausencia de normas para vestir, en especial en lo laboral. Ahora que llevo dos meses por aquí, y que me queda una sola entrada para volver, me he dado cuenta de que esta ausencia de norma tiene su consecuencia: En Australia echan de menos "ir de algo". Les encanta disfrazarse.
Hablé del multitudinario día Zombie. 3.000 personas. Del modelito para ir a las carreras o del Salmon Dance. Pero casi todos los días festivos que he pisado la calle he visto a gente disfrazada. Alguna vez en el contexto de actividades colectivas,  pero la mayoría simplemente porque estaban de fiesta, digamos, privada.


Parece que igual que pasa en España con los matrimonios, en los que la progresiva dilución de la boda hace que cada vez se organicen más las despedidas, aquí llenan el "vacío" de poder ir descalzos por la oficina (lo hacen sin olores) disfrazándose. Y lo mismo ves a un hombre vestido de pitufo pidiendo un taxi, que un grupo de chicas vestidas de strippers haciendo castillos de arena con sus hijos en la playa, que a de Mario Bros. jugando a esta especie de petanca para ricos (que resulta que son los bolos de aquí).


FOTOS: La de arriba (convención del tebeo) y la de abajo (inclasificable, pero una de las 10 que tengo de gente disfrazada sin mayor motivo) son de días y ciudades diferentes. Pero adivinen el nexo común entre los disfraces (pinchando encima se ven mejor).

3 comentarios:

  1. ¡Cazafantasmas! ¿He ganado algún premio?

    ResponderEliminar
  2. Una caña bien tirada para el caballero

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado mucho el disfraz de cubo de Rubik, sencillo y efectivo.
    Yo siempre digo que uno de estos carnavales me voy a fabricar un disfraz de que te cagas y luego nunca lo hago. Tengo medio pensado uno de Bender (Futurama) que sólo existirá en mi cabeza.

    ResponderEliminar