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Los australianos y el deporte

Decir que los australianos son deportistas sería lo mismo que decir que Orson Welles estaba rellenito. Desde que he llegado aquí, me siento culpable cuando simplemente ando por la calle. Da lo mismo la hora o el lugar, siempre me cruzo con gente en bicicleta o corriendo. Si atracaran bancos (o robaran bicicletas), los ladrones irían en chándal para camuflar su huída.

Pero no sólo llama la atención lo mucho que hacen deporte, sino lo diferente que es en su manera respecto al que hacemos en España. Me explico:


Por un lado está la tendencia a tomarse muy en serio el deporte: Ves a mucha gente hacer ejercicio con un entrenador personal al lado. Y sea el deporte que sea (badminton, volley-playa, surf, ping pong) hay clases accesibles a todos los niveles para los que no saben y quieren aprender, con rápidos ascensos a competiciones. Y cuando digo accesibles me refiero a que si un martes quieres aprender a jugar a uno, vas al sitio, pagas y aprendes.


Pero al mismo tiempo, existen muchas iniciativas que pretenden la integración a través del deporte. Y que ellos definen significativamente como jugar "sólo por diversión" (parece que lo demás no). Me resulta especialmente curiosa la iniciativa de una cosa llamada "sub-football". Partidos de fútbol en el parque en los que no menos de un 40% de los jugadores tienen que ser mujeres. Y es curioso por la tercera cosa que me llama la atención:

La cantidad de mujeres que hacen deporte es mucho mayor que en ningún otro sitio que haya visto. Ves los mismos hombres que mujeres corriendo. Y remando (vivo cerca del río) siempre hay más mujeres. Quizá vayan más en bici los hombres, pero al rugby hay paridad. Me gustaría saber si es causa o efecto de lo dicho en el anterior punto.

Finalmente, la diversidad acojona. En un mismo parque, y hablando de deportes de grupo ves de todo (1). Desde el inteligible criquet, a fútbol, tenis, muchísimo rugby (en vez de placarse se tocan y con eso se frena el ataque), grupos de atletismo, gente que boxea sin cascarse, petanca rara...


Así que confirmo lo que los indicadores externos indicaban: Ningún país saca más medallas por habitante en las olimpiadas ni tiene más densidad de federados deportivos. Ahora bien, será cultural, pero los mega sitios que tienen para hacer deporte y los precios a los que lo ponen (en un país caro, el deporte es muy barato) ayuda.

(1): Apenas he visto fútbol australiano. Sólo una vez (eso si, me quede alli lo menos dos horas) en un parque en Sydney.  Unido a que estamos fuera de temporada, hace que no haya podido ver partidos "de verdad" y no haya hablado de él (Sorry Payopapa). Pero prometer, promete.

4 comentarios:

  1. Igualito a cuando bajo al parque del cementerio a hacer taichi, los dos o tres que hay corriendo se me quedan mirando, los niños hacen corrillos de lejos y señalan (a veces se acercan y preguntan ¿qué hace señor?) y algunos perros pequeños me ladran (decía mi monitora que al mover el chi los perros lo notan y se ponen nerviosos, yo creo que a lo mejor tengo pinta de vagabundo y me ladran por antipatía).

    Me gustaría saber cómo de rara es esa petanca.

    Lo de la paridad en el balompié me recuerda al patio de mi colegio, cuando me ponían a mí a jugar con las chicas y hacía que perdieran sin querer. Creo que mi habilidad jugando se podría catalogar en "infra-chica".

    El fútbol australiano parece intenso, pardiez. Un deporte en el que es legal encaramarte a otro jugador para coger la pelota... ¿y cuánto mide el campo, diez kilómetros?

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  2. Quizá sea una de mis grandes penas, lo de no haber podido meterme en el ajo del fútbol australiano. Con lo facilísimo que soy para que me guste lo que sea con un balón o pelota.

    Hay dos maneras de avanzar. Si lo haces a patadas al balón, te dejan en paz los rivales. Si lo haces con la mano, te placan (se parece al rugby). Pero al final hay que meter la bola entre los palos. Más puntos si es entre los dos del centro, menos si entre por dos de los laterales. Creo que el campo es de 150 metros.

    Lo de la petanca, en breve una imagen lo explicará. Mientras tanto, yo movería el chi lo mínimo si con ello los perros se me acercaran.

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  3. Si es que yo lo intento, de verdad que lo intento. Eso de comportarme como una señorita y tal, y solo decir cosas finas y cual... pero lo de bajar a hacer taichí al cementerio por un lado y lo de mover el chi por otro, no ayuda, no.

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  4. Alicia, no te muerdas la lengua ( o te ates los dedos).

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